Aprender un idioma nuevo como adulto puede parecer una tarea abrumadora. El inglés, en particular, tiene la fama de ser un idioma difícil debido a sus incontables excepciones gramaticales y su amplio vocabulario. Sin embargo, con un buen plan y mucha práctica, cualquiera puede dominar este fascinante idioma.
Entonces, ¿por dónde empezar? Lo primero es sentar unas buenas bases sobre las cuales construir tus habilidades en inglés. Esto implica conocer tu nivel actual, establecer metas realistas, encontrar la motivación adecuada y desarrollar un plan sólido de estudio.
Importancia de establecer las bases
El éxito en el aprendizaje del inglés depende en gran parte de construir unos cimientos firmes desde el principio. Esto significa no dar saltos apresurados, sino avanzar paso a paso, consolidando muy bien cada elemento antes de continuar.
Una analogía útil es la construcción de una casa. Para levantar las paredes y el techo necesitas primero cavar los cimientos, hacer una base de concreto sólida y levantar los pilares principales. No puedes simplemente empezar por las paredes y esperar que la casa se sostenga.
De la misma manera, en tu viaje para dominar el inglés es clave comenzar estableciendo bien los elementos esenciales como la gramática y vocabulario básicos. Con esto como base, pronto podrás expandir tus habilidades de lectura, escritura, habla y escucha.
Evaluar tu nivel actual de inglés
Lo primero es determinar objetivamente qué tanto inglés ya sabes. Esto te permite identificar tus fortalezas y debilidades, para enfocar tus esfuerzos dónde más los necesitas.
Hay varias maneras de evaluar tu nivel:
- Exámenes formales (TOEFL, IELTS, Cambridge, etc)
- Pruebas de nivel en línea
- Diagnósticos de profesores de inglés
- Tu capacidad para entender o participar en conversaciones
- Tu habilidad leyendo textos, viendo TV o escuchando podcasts
Determina honestamente en qué situaciones te desenvuelves bien y en cuáles tienes dificultades. No temas admitir vacíos en tus conocimientos; de eso se trata el aprendizaje.
Con esta evaluación clara podrás trazar una ruta de progreso personalizada, para llevarte del nivel actual al nivel deseado.
Establecer metas realistas
Ya conociendo tu punto de partida, es momento de definir adónde quieres llegar. Pero ojo, esto no significa plantearse objetivos poco realistas que sólo lleven a la frustración.
Por ejemplo, decir “quiero hablar inglés perfecto en 6 meses” suena bien, pero es casi imposible de lograr. En cambio, metas como “mejorar mi vocabulario a 200 palabras en 2 meses” o “mantener pequeñas conversaciones en 6 meses” son más realistas.
Otros buenos objetivos iniciales son:
- Dominar la gramática básica en x meses
- Aprender y/y palabras por semana
- Leer x páginas en inglés por día
- Entender el xxx% de videos en inglés
- Escribir x párrafos coherentes por semana
Fíjate metas progresivas, pasando de objetivos más simples a otros más avanzados conforme vas subiendo de nivel. Y dales seguimiento frecuente para asegurarte de alcanzar cada meta antes de plantear la siguiente.
Encontrar la motivación adecuada
A la par de fijarte metas viables, necesitas encontrar una fuerte motivación, las razones de peso por las cuales estás invirtiendo tanto esfuerzo en aprender este complicado pero útil idioma.
Algunas fuentes de motivación pueden ser:
- Necesidad. Aprender inglés por requisito del trabajo o la academia.
- Oportunidades. Quieres estudiar en el extranjero, conseguir un ascenso o acceder a más información de tu campo.
- Pasión. Te encantan la música, películas o cultura en inglés.
- Reto personal. Siempre quisiste hablar otro idioma.
- Herencia. Parte de tu familia habla inglés y quieres conectar con ellos.
Sea cual sea tu “porqué”, escríbelo, léelo a diario, recuérdalo cuando sientas pereza o frustración. Esa motivación te impulsará en los momentos difíciles.
Desarrollar un plan de estudio
Ya con tus metas claras y tu motivación a tope, es hora de trazar tu plan de aprendizaje. Esto te dará dirección y enfoque para guaranteed el éxito.
Un buen plan de estudio debe incluir:
Escoger un curso o método
Hay cientos de formas de aprender inglés: cursos presenciales o virtuales, aplicaciones, libros, podcasts, videos, clases particulares, inmersión total, etc.
Investiga a fondo las opciones disponibles en tu zona o en línea. Compara precios, modalidades, temarios y reseñas de alumnos. Luego escoge la que mejor se adapte a tus necesidades y estilo de aprendizaje.
Una vez decidido tu curso o método principal, refuerza tu aprendizaje con recursos complementarios: libros, apps, películas, música, intercambio con hablantes nativos, etc.
Dedicar tiempo consistente al aprendizaje
Progrès sólo ocurre con práctica deliberada y consistente. Debes dedicar una cantidad fija de tiempo diario o semanal para tener sesiones concentradas de estudio: hacer ejercicios, memorizar vocabulario, leer, escuchar audios, ver videos, etc.
Te recomiendo:
- 45-60 minutos diarios para principiantes
- 1-2 horas para niveles intermedios
- 2+ horas para avanzados
Define un horario fijo que más te convenga y cúmplelo rigurosamente. Tu cerebro y habilidades lo agradecerán.
Practicar todos los días
Además de tus sesiones formales de estudio, es vital incorporar práctica informal del inglés en tu vida diaria:
- Programar tu teléfono al inglés
- Seguir cuentas en inglés en redes sociales